viernes, 27 de diciembre de 2019

Navidad 2019


Esta es una entrada en el blog muy especial, porque es la primera que escribimos papá y yo juntos. Lo hacemos después de varios años sin escribir, pero con la cabeza llena de recuerdos que nos acompañarán el resto de nuestra vida. Escribimos para poder recordar muchos años después detalles pequeños, pero que son chulos. Este año han pasado muchas cosas aunque aquí ponemos sólo unas pocas... el viaje a Alemania para ver a los primos Sonia y David y a los tíos, la pubertad cada vez más evidente, el cambio de trabajo de papá y el paso de Álvaro a secundaria... ahí es nada.

Llevábamos tiempo sin ver a los primos, y en Junio nos cogimos un avión y llegamos tarde, muy tarde, al aeropuerto de Colonia, donde nos estaban esperando los abuelos y el tío Peché. Aunque llovía bastante, estábamos súper contentos de juntarnos todos otra vez. Aquella noche, nos quedamos sin ver a los primos, que ya estaban en la cama, pero al día siguiente, me faltó tiempo para subir a la habitación de David para jugar, como si no hubiera pasado más de 10 minutos desde que nos habíamos visto por última vez. Sonia estaba en su habitación con una amiga francesa de intercambio. La noté muy cambiada, un poco rara, por eso de la adolescencia femenina elevada a la enésima potencia :) pero la quiero mucho. Vimos la catedral de Colonia, subimos hasta arriba del todo! Ese día hacía bastante calor y me acuerdo que el primo David terminó metiendo el pie en una fuente... con la consiguiente bronca del tío... aunque luego miraba a papá y le daba un poco la risa. Comiendo, le dije a la tía Diana que se parecía a una foto que había visto en el cole de la Reina Victoria... nos reímos todos mucho... aunque ahora que lo pienso, igual a la tía no le hizo tanta gracia. Jugué un montón con David al fútbol, al futbolín.. el que iba con el abuelo al futbolín ganaba... se ve que de joven practicó mucho.

Cada día que pasa estoy más mayor... y mis padres dicen que me renegrea el bigote que da gusto. He crecido un montón y ya he superado a la abuela... aunque esto tampoco es que tenga demasiado mérito ;) Cambio todos los días a un ritmo que mis padres ya casi no se acordaban...

Papá este año ha cambiado de trabajo y, aunque cuando me lo dijo me dio un poco de miedo, ahora le veo que está mucho más contento. Trabaja desde casa en lo que siempre había querido hacer, desde muy joven, aunque la vida le llevó por otros derroteros. La pena es que como empieza a trabajar tan pronto, no le da tiempo a llevarme todos los días al cole, con lo que nos gustaba. A veces me pongo con él en el ordenador, y me enseña a hacer alguna inversión... me estoy preparando para llegar al Club de Finanzas del cole y ganar a todos, jeje. Todavía tengo que esperar 3 años para poder entrar, así que todavía tengo tiempo...

El cambio a secundaria está siendo chulísimo. Reconozco que al principio fui con un poco de miedo... en el cole decían que los profes de secundaria iban de majos pero luego eran muy fieros, pero la verdad es que me está gustando mucho. Eso de ir con un Chromebook a clase me da la vida! Este año tengo profes diferentes en cada asignatura, incluso dos diferentes en mates, y tenemos que movernos nosotros de clase en clase. En las asignaturas que nos gustan menos, los chicos vamos más lentos, y así arañamos minutos, jeje. A nosotros nos van a venir con ésas ;) Ah y.. bueno... lo de las clases de reproducción sexual nos sigue haciendo mucha gracia... no lo podemos evitar.

Ah, otra cosa... nos ha dado a mi padre y a mí por imitar algunos gestos que hace el abuelo. Nos partimos de la risa... y el abuelo también... a ver qué va a hacer el pobre, jajaja.

Hasta la próxima entrada!