Cuando fui a ver a los compañeros de mi papá subí en un ascensor a la planta 24. ¡Nunca había estado tan alto! Se creían que estaba dormido porque me hacían de todo sin conseguir que abriera los ojos, pero la verdad es que les estaba tomando el pelo.
La gente no sabe que he heredado la capacidad de mi abuelo Pedro, que puede estar viendo una película con los ojos cerrados y enterarse de todo ;-)) ¡¡Los genes son los genes!!
¡Achuchones!
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