Cada mañana, cuando me despierto,
entran los primeros rayos del día
y la música de tu voz advierto…
… eres mi mayor fuente de alegría.
Me llenas, porque estás siempre sonriendo,
noche tras noche… y día tras día,
y no hay mañana que esté repitiendo,
qué será lo que hoy me enseñarías.
Con toda la ilusión, vital, y feliz,
te afanas por descubrir, saber, sentir
… eres mi mayor fuente de inspiración.
Y es que no puede haber mayor emoción
para tu madre, y también lo es para mí,
que escuchar tu corazoncito latir.
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